CARLOS GOMEZ FUNES

Mi vida comenzó, un miércoles 24 de octubre de 1956, nací en Sonsonate, El Salvador; pero me
crie en Mejicanos, en donde pasé toda mi infancia y juventud, siempre llena de amor junto a mi
padre, Mamá Toyita, Mamá Tey, mi tío Carlos y todos mis primos, con quienes tuvimos muchas
aventuras y experiencias divertidas.
Aprendí a disfrutar de las plantas, los jardines, las aves, un buen partido de fútbol, una cervecita
helada acompañada de costillitas ahumadas y tortilla frita, a medida fui creciendo se sumó a mis
intereses y hobbies, todo sobre mecánica de automotores, aviones y robots (siempre estoy a la
vanguardia), leía todo lo que me llegaba a las manos al respecto, así como de historia. Me
encantan los documentales.
Mis aspiraciones y ganas de recorrer el mundo me llevaron a estudiar ingeniería y aprender
inglés. En ese momento, conocí a mi esposa y madre de mis hijas, con quién siempre
compartimos otros intereses, que se sumaron a los que ya tenía.
Nunca tuve hermanos, sin embargo, mis primos son mis hermanos, luego, la familia de Lore, mi
esposa, me adoptó como parte de la suya. Luego, la familia creció; ya no éramos 2 sino 5, y así
fue como comenzó esta aventura a lado mis lindas hijas a quienes amo por siempre.
Recuerdo cuando los sábados llevaba a mi hija Karen a mi trabajo y le enseñaba todos los
procesos que hacíamos ahí; ella me preguntaba de todo y yo feliz de enseñarle.
Hubo momentos difíciles que han sido parte del aprendizaje no solo para mí y Lorena sino incluso
para mis hermosas hijas Karen, Jennifer y Astrid, aprendimos que sin Dios no somos nada y
debemos pedir de su sabiduría, encomendar a Él nuestros pasos y que, si podemos ayudar a
alguien, aun cuando tengamos nuestras propias dificultades, debemos hacerlo sin esperar nada
a cambio.
Ahora que veo hacia atrás, puedo confirmar que esos momentos irrepetibles, felices y llenos de
amor, luchas y triunfos, ha sido Dios quien, en su divina misericordia, nos los regaló. Jesucristo
era, es y siempre será el centro de nuestras vidas, Él nos guarda, nos da fuerza y confianza para
cumplir su propósito mientras estamos en la tierra, para que luego, pueda cumplir su promesa
de vida eterna, reencontrarnos en el cielo y gozar para siempre junto a Él.
Y ahora, desde aquí desde el cielo, solo le pido a mi Padre celestial que cuide a mi familia por
mí, que las acompañe en todo momento y que les permita cumplir todos sus sueños y yo estaré
feliz viéndolas; porque estoy seguro de que con sus plumas las cubrirá y que bajo de sus alas
estarán seguras, hasta que nos volvamos a ver en el cielo para estar juntos por la eternidad.

En Ingles:
My life began on Wednesday, October 24, 1956, I was born in Sonsonate, El Salvador; But I grew
up in Mejicanos, where I spent all my childhood and youth, always full of love with my father,

Mamá Toyita, Mamá Tey, my uncle Carlos and all my cousins, with whom we had many
adventures and fun experiences.
I learned to enjoy plants, gardens, birds, a good soccer game, an ice cold beer accompanied by
smoked ribs and fried tortilla. Growing up, I added to my interests and hobbies everything about
car mechanics, airplanes and robots (I’m always up to date), I read everything that comes to my
hands about it, as well as everything history related. I love documentaries.
My aspirations and desires to travel the world led me to study engineering and learn English. At
that time, I met my wife and mother of my daughters, with whom we always share other interests,
which were added to those I already had.
I never had siblings, my cousins became my brothers and sisters. Lore’s family, my wife, adopted
me as a part of theirs, Then the family grew and we were no longer 2 but 5, and that is how this
new adventure began with my beautiful daughters whom I love forever and always.
I remember how on Saturdays I would take my daughter Karen to my work and teach her all the
processes that we did there; she asked me about everything, and I was happy to teach her.
There were difficult moments that have been part of the learning not only for me and Lorena but
even for my beautiful daughters Karen, Jennifer and Astrid, we learned that without God we are
nothing and we must ask for his wisdom, entrust our steps to Him and that if we can Help
someone, even when we have our own difficulties, we must do it without expecting anything in
return.
Now that I look back, I can confirm that those unique, happy moments full of love, struggles and
triumphs, God in his divine mercy gave them to us. Jesus Christ was, is and always will be the
center of our lives, He keeps us, gives us strength and confidence to fulfill his purpose while we
are on earth, so that later, he can fulfill his promise of eternal life, meet again in heaven and enjoy
forever with Him.
And now from here from heaven, I only ask my heavenly Father to take care of my family for me,
to accompany them at all times and to allow them to fulfill all their dreams and I will be happy
seeing them; because I am sure that with his feathers he will cover them and that under his wings
they will be safe, until we meet again and be together for eternity.